Al comprar un PC por componentes, la placa base es uno de los ‘grandes ignorados’. Es un componente básico, sobre el que se montan el resto de piezas, pero la mayoría de los compradores ignoran el criterio a seguir para hacer una buena compra. Y lo habitual es apuntar a la más barata dentro de que tenga el chipset que requiere nuestra CPU. Pero deberías saber por qué no comprar una placa base barata.
La placa base es el punto de conexión de todos nuestros componentes de hardware y los periféricos. Está construida en fibra de vidrio y otra serie de elementos ignífugos y, probablemente, lo más importante para comprender por qué no comprar placas base baratas es el VRM. Es, básicamente, la entrada y la alimentación de electricidad de la placa base y hacia el resto de componentes de hardware.
No deberías comprar una placa base barata por su VRM, esta es la explicación
La alimentación eléctrica es el punto crítico, o el motivo fundamental por el que no comprar una ‘motherboard’ económica. Ahora bien, también hay que tener en cuenta la disipación del calor. Como avanzábamos, el VRM es la entrada y reparto de la alimentación eléctrica y se divide en fases de alimentación. A priori, cuantas más fases mejor por una mayor eficacia a la hora de repartir corriente. No obstante, también la calidad de estas es importante. La placa base, y su VRM, deben ir acorde al TDP de la CPU.
Si una placa base no tiene un VRM de calidad, la CPU no recibirá suficiente energía y tendrá problemas. O bien pérdidas de rendimiento constantes, o puntuales, o incluso problemas de vida útil. Podríamos sufrir incluso reinicios en los casos más graves. Pero además, también hay que tener en cuenta que la placa base tenga una buena disipación de la temperatura para que el rendimiento sea siempre el máximo posible y, de nuevo, para evitar daños colaterales en el resto de nuestros componentes de hardware.
Además de recibir y distribuir la corriente eléctrica, la placa base es el BUS de datos que conecta los componentes y por tanto afecta de forma directa en el intercambio de datos entre ellos. También por esto afecta en el rendimiento máximo –pudiendo limitarlo-. Aunque tengamos una CPU, una RAM y un almacenamiento punteros, la placa base puede suponer una limitación para el intercambio de datos entre estos componentes de hardware y, por tanto, puede limitar el rendimiento de manera notable.